sábado, 12 de febrero de 2011

El árbol, Los Amigos



Existen personas en nuestras vidas que nos hacen felices por la simple casualidad de haberse cruzado en nuestro camino. Algunas recorren el camino a nuestro lado, viendo muchas lunas pasar, más otras apenas vemos entre un paso y otro. A todas las llamamos amigos y hay muchas clases de ellos.


Tal vez cada hoja de un árbol caracteriza uno de nuestros amigos. El primero que nace del brote es nuestro amigo papá y nuestra amiga mamá, que nos muestran lo que es la vida, después vienen los hermanos, con quienes dividimos nuestro espacio para que puedan florecer como nosotros. Pasamos a conocer a toda la familia de hojas a quienes respetamos y deseamos el bien.


Más el destino nos presenta a otros amigos, los cuales no sabíamos que irían a cruzarse en nuestro camino. A muchos de ellos los denominamos amigos del alma, de corazón. Son sinceros, son verdaderos. Saben cuando no estamos bien, saben lo que nos hace feliz. Y a veces uno de esos amigos del alma estalla en nuestro corazón, entonces es llamado un amigo enamorado. Ese da brillo a nuestros ojos, música a nuestros labios y saltos a nuestros pies.


Más también hay de aquellos hay aquellos amigos por un tiempo, ellos, acostumbran a colocar muchas sonrisas en nuestro rostro durante el tiempo que estamos cerca.


Hablando de cerca, no podemos olvidar a amigos distantes, aquellos que están en la punta de las ramasy que cuando el viento sopla siempre aparecen en una hoja y otra. El tiempo pasa, el verano se va, el otoño se aproxima y perdemos algunas de nuestras hojas, algunas nacen en otro verano y otras permanecen por muchas estaciones. Pero lo que nos deja más felices es que las que cayeron continúan cerca, alimentando nuestra raíz con alegría. Son recuerdos de momentos maravillosos de cuando se cruzaron en nuestro camino.


Yo te desea hoja de mi árbol, paz, amor, salud, suerte y prosperidad. Simplemente porque cada persona que pasa en nuestra vida es única. Siempre deja un poco de si y se lleva un poco de nosotros.


Habrá los que se han llevado mucho, pero no habrán los que no nos dejaron nada. Esta es la mayor responsabilidad de nuestra vida. Y la prueba evidente deque dos almas no se encuentran por casualidad...

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