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Perdidos en la inmensidad de este mundo buscando amores aventureros, engarzados en un río medieval que corre con astas de cristal, para liberar una primavera rota de un recuerdo que cae como aguacero sobre un rostro y despabila la mirada mas profunda que confunde con una aurora colosal.
Más allá de esa búsqueda, sabemos que hay un lugar que sobrepasa las estrellas y nacen los versos que hoy he de dedicar para amar, y con una caricia son capaces de volar, porque al final de la pasión encontraras el hallazgo del amor.
Érase ya, hace mucho tiempo atrás, en algún lugar de la cósmica diversidad de lo irreal, los versos amenazaban con retirar, ya que sus bosques estaban hechizados por el mal,
Bienvenidos al lugar de los sueños caídos, donde todo es irreal y los árboles lloran al despertar la dulce pena del coleuche. Esta ciudad se queda atrás ya que los versos osan retirar.
Estamos solo y tenemos miedo de despertar para no llorar, y nos preguntamos, ¿Qué podemos hacer? Es tan difícil olvidar, el lugar de los sueños caídos, tan difícil perdonar…
Los versos que se retiraban con mentes blanco y negro sufrían el dolor de la gran perdida del amor de la noche triste que tanto los regocijaba con su luz siempre y cuando el viento sea sur
¡Miraos por favor no os dejéis retirar!
Estos versos, son la esencia de la arboleda que pone en juicio a un alma con el recuerdo...
el recuerdo, un amor.
Que solo quiere estar junto a ti,
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