Y en su último día decimos juntarnos en la plaza a tomar
mates y despedirla.
Pasamos una tarde entre mates y risas, hasta que llego la
hora de su partida…
Fue saludando uno por uno, con un abrazo y unas simples
palabras entre llantos.
Cuando llegó mi turno, al igual que a los demás, me abrazo y
me dijo sus palabras…
palabras que nunca olvidare.
Para empezar, me agradeció por
mi apoyo en su segunda estadía por Argentina, que si pensarlo yo siempre respondí
a su llamado y me dijo que estaba agradecida de tener una amistad como la mía.
Me dijo unas cuantas palabras más, nos abrazamos más fuerte y nos dimos un gran
beso de despedida.
Me quede mirando cómo se alejaba con su novio, entre sollozos,
y no voy a negar, que yo también me emocione por su partida, más que nada por
la tristeza que me generaba pensar que seria difícil volverla a ver.
Pensar que aun recuerdo ese, 18 de octubre cuando recibí un
mensaje de ella, que estaba en Chivilcoy en la casa de sus abuelos y que quería
que la pase a buscar para darle una sorpresa a carolina.
Y de esa manera todo terminaba, despidiéndome de una amistad
incondicional a distancia, y preguntándome, si algún día la volvería a ver
caminar las calles de nuestra hermosa ciudad.