jueves, 14 de abril de 2011

Juan y Berna

Hoy les traigo para contar un pequeño cuento que escuche en una muy linda etapa de mi vida, cuando concurría al A.C.A y verdaderamente me enseño mucho.

En el medio del desierto, una tarde caminaban dos amigos Juan Carlos y Bernardo a la deriva, perdidos, sin saber a donde ir, en el medio de tanta soledad, tanta desesperación, surge una pelea y Bernardo le pega muy fuerte a Juan Carlos y lo lastima en la cara, entonces Juan, adolorido saca las llaves que llevaba en el bolsillo y escribe en la arena,

Hoy mi mejor amigo me ha pegado y lastimado la cara en una pelea.

El camino siguió, el camino se alargo, se tornaba un sufrimiento interminable un un silencio cortado por la brisa de una discusión que marcaba separación. De repente, a lo lejos Bernardo divisa un manantial, ambos corren desesperados para ver si había algo o alguien que los pueda ayudar, una vez adentrado la insignificante pero gran arboleda, encuentran un manantial, que mágicamente surgía del medio de la arena del inmenso desierto, Juan Carlos, sin pensarlo se desviste y se zambulle en el agua, debido a el largo camino recorrido y la corta pero dura distancia corrida a velocidad los músculos de sus piernas colapsaron logrando un calambre en una de sus piernas, la cual le impedía moverse entonces comenzó a ahogarse. Bernardo a lo lejos escucha sos gritos de auxilio y corre en su ayuda, de inmediato entra en el agua y con sus ultimas fuerzas lo saca del agua, salvándole la vida.

Juan agradecido de la vida por haberle brindado un amigo como el, recoge una piedra del piso y comienza a escribir en una roca,

Hoy mi mejor amigo a arriesgado su vida, para salvar la mía.

Desconcertado Bernardo se acerca y le pregunta, ¿porque cuando te golpeé lo escribiste en la arena y cuando te salve en la piedra?

Juan contento por su pregunta le responde:

-Por la simple razón de que los malos momentos que pasamos con nuestros amigos debemos escribirlos sobre la arena para que el viento se los lleve y borre de nuestra memoria; pero en cambio los bueno momentos debemos escribirlos en una roca o sobre algo bien firme, para que dure por años y que jamás lo olvidemos y algún día poder sentarnos a recordar momentos y podamos reír juntos de ellos, en el caso que la vida nos lleve por diferentes caminos, nunca estaremos lejos, tu recuerdo estará en mi mente para toda la vida Bernardo...

Bernardo se acerca a Juan Carlos lo abraza y le dice:

-Amigo Mio, pase lo que pase, jamás te voy a olvidar gracias a dios por darme tu amistad, te quiero...

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